“No basta con luchar. Es el espíritu que nos acompaña en la lucha el que decide la cuestión. Es la moral la que obtiene la victoria”
George
Marshall
Por fin ha llegado la hora de
cruzar las Murallas Servianas mientras lo que queda de mis legiones forma en el
Campo de Marte. Hoy es el día que hará que todos y cada uno de los sinsabores
de estos últimos meses haya tenido sentido, porque hoy un súbito y refulgente
haz de luz ha roto la bruma circundante, hoy puedo decir que se ha hecho
justicia…
Hace algunos meses decidí no volver
a escribir en el blog sobre el vergonzoso despido que sufrí junto a otros tres
compañeros, quedando eso sí una cita pendiente para cuando conociera la
sentencia del juicio. Por una cuestión de supervivencia básica, no he podido
dedicar ni un minuto más de la cuenta a lamerme las heridas, porque la
autocompasión es algo que no se puede permitir un funambulista vital.
Han sido duros meses de construir
un nuevo proyecto de futuro, de arriesgar lo que uno tiene y de renunciar, de
renunciar poco a poco a todas las cosas que vas consiguiendo a lo largo de los
años. Comienzas por prescindir de lo superfluo y para continuar por lo
necesario; Uno no flaquea en el empeño cuando tiene la suerte de tener una compañera
de viaje que comparte tus valores e ilusiones, pero hay una línea que terminas
cruzando y es cuando el que tiene que renunciar es tu hijo. Cuando no puedes
darle a tu hijo alguna cosa que tuviste de pequeño, entonces si tiemblan las
piernas, un sabor ácido se te posa en la garganta y ya no te abandona. No
obstante nunca fue síntoma de derrota, fue la herida que te recuerda que sigues
vivo, el acicate, el estímulo, la bandera que seguir…
Cuando estas contratado en fraude
de ley y te despiden, no tienes protección social, no hay cobertura de
indemnización, ninguna ventanilla donde solicitar un subsidio, ni ninguna ubre
que ordeñar, a todos los efectos eres un autónomo, sólo queda una cosa, apretar
el culo y hacer lo que he hecho durante toda mi vida: trabajar como un burro,
arriesgar mi capital, buscarme la vida y pagar todos y cada uno de mis
impuestos.
Poco a poco vas saliendo adelante
y descubres como lo que empezó siendo un tablón a la deriva al que asirse, se
va convirtiendo en una sólida apuesta de futuro, aunque me requiera 15 horas
diarias…
Hoy soy mucho más fuerte que el
día que me desalojasteis de la Consejería, y tengo la mirada agradecida de un
niño de 4 años como fuente de energía, ¡¡Guardad vuestras partidas
presupuestarias para comprar votos agradecidos!!...Tenéis frente a vosotros a
un HOMBRE LIBRE.
Ver en el juicio a la persona que
ordenó a los guardias de seguridad de la Junta sacarme como al Lute de un
gallinero, agachando la cabeza con los ojos húmedos de falsedad, no ha podido
hacerme olvidar de las amenazas de no pagar las cantidades que se me adeudaban,
el recordatorio de las puertas que se me iban a cerrar si reclamaba el
reconocimiento de la laboralidad, o lo
altanera que se mostraba cuando mandaba
al “mayoral” de la empresa de seguridad a pedirme el DNI al despacho donde había
venido trabajado durante los cuatro últimos años… ¿Corea del Norte?...no…
Andalucía Imparable.
Por fin hoy ha salido la
sentencia: DESPIDO NULO, por lo que además de readmitirme en mi puesto de
trabajo, les tocará pagar los salarios de tramitación… La sentencia además me
permitirá regularizar mi situación ante la seguridad social, por lo que podemos
definir este acto como manumisión administrativa que me da la categoría de
LIBERTO.
Agradezco a mi
familia el apoyo que me ha brindado, siempre he sentido cerca vuestro aliento y
saber que no me dejabais caer, incluso cuando el oleaje rompía fuerte en los
acantilados, me ayudó a sentirme invencible. Gracias también a los amigos que
me disteis vuestro apoyo y a los compañeros que supisteis vestiros por los pies,
cuando lo fácil era mantenerse al margen.
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