ANGELA
Había llegado la
primera al barco que les daría un paseo por el río Chicago, se sentó en la
mejor localidad de la cubierta junto al presidente de Estados Unidos que
ejercía de anfitrión. Ninguno de los líderes europeos había llegado aún,
estaban citados media hora después. Había reservado ese momento para hablar de
tu a tu con aquel hombre negro que presidía la nación más poderosa del mundo.
Se sentía incómoda,
pero no por la situación sino porque le apretaban las bragas...En ocasiones
como esta le gustaba vestir ropa interior una talla menos, de modo que las
gomas de la braga le apretaran, como una suerte de cilicio que le ayudaba a
estar alerta. Esas prácticas las aprendió cuando era investigadora de la
academia de ciencias de la RDA, eran sus trucos para aguantar las largas noches
sin dormir que la investigación trás el telón de acero requería.
Junto a la canciller
se sentaba Ulrika, una fornida dama con el pelo rubio recogido al modo
tradicional germano. Había sido levantadora de peso en la RDA y entrenadora de
las agentes femeninas de la Stassi y contaba con la total confianza de Angela.
Era una mujer enorme por sobrehormonada, que se comunicaba mediante
monosílabos. Trabajaba para el servicio secreto alemán y en los viajes siempre
dormía en una habitación contigua a la de la canciller, comunicada por una
puerta lo que había dado pie a todo tipo de rumores.
El presidente de los
USA incómodo ante esas dos machorras teutonas se acercó a la canciller y le
preguntó donde se alojaba, con la intención de romper el hielo.
- " En el
Trump... siempre me ha gustado ese hotel, cada vez que vengo a Chicago me alojo
en la suite presidencial".- Dijo la canciller mientras sonreia
amablemente.
- "Que no nos
falte de ná"-apostilló Ulrika con su acento de Leizpig entre el descojone
general-
- " No pensaba
que ustedes estuvieran en condiciones de tales dispendios pecuniarios, teniendo
en cuenta la situación económica del viejo continente. Por lo visto me han
contado los del Servicio Secreto que no hay plaza en ninguna pensión de
Chicago, están todas ocupadas por las delegaciones europeas; concretamente me
contaban que el presidente de Portugal se ha pillado una habitación doble con
el de España en la pensión "Riberas del Michigan"". Y que las
comitivas se alojan en casas de conocidos.- dijo el presidente con gesto de
preocupación.
- "Esos son los
putos PIGS, Europa, Europa, lo que se dice Europa soy yo..."
- "Pero usted
es defensora de la austeridad y del control del déficit, no entiendo entonces
sus comentarios"
- "Amos no me
jodas, austeridad para los otros, para nosotros gloria... Mire estoy que me
salgo del pellejo, tengo el control total del tema ,soy la Führer del puto IV
Reich, Mr Obama y hago lo que me sale del chocho"- dijo la canciller en un
renunció que por soez resultó a todos inoportuno aunque ciertamente gracioso.
- "No termino
de verlo claro, no entiendo como esa actitud puede beneficiar a Europa..."
- "Mira, te
resumo Europa me la pela, lo que me importa es Alemania, lo que me importa es
que los paises del sur me bailen el
agua, tener mano de obra barata en cerca y sitios económicos para que veraneen
los trabajadores alemanes. Tengo la puta sartén por el mango, fijaté hasta que
punto que en cada cumbre de estas me follo a un presidente"
- "Entiendo que
se refiere usted a que aprieta el plan de ajuste del pais al que
representa"- dijo el presidente algo incómodo al comprobar que la
canciller era realmente ordinaria.
- "No, no, que
me follo al tio... ¿Te gustan las ostras moreno...?"- le dijo mientras
ponía sus labios carnosos, despertando la sonrisa cómplice de la fiel Ulrika y
la perplejidad del presidente estadounidense.
En ese momento los
agentes encargados de la seguridad habilitaron el acceso al barco y los
distintos mandatarios comenzaron a cruzar la pasarela de acceso. Entre las personalidades, Angela distinguió al presidente español, acompañado por su
habitual asesor y miró a Ulrika invitándola a que se acercara.
- "¿Has visto
que pelazo tiene el escudero del presidente español? ¿te lo apretarías?"-
- "Sabe de
sobra que no me gustan los hombres"-
- "Que delicada
eres, joder. Pues yo estoy pensando en que el barbas me haga un trabajito esta
noche"
- "¿Cancelo
entonces lo del presidente griego?"
- "Que dices!!!
voy a hacer doblete, que está la economía muy mala!!!
Las dos
valkirias comenzaron a reir ostentosamente mientras miraban a los dos
españoles, a los que saludaban con la
mano.
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