Ya se comentó en
otro post, que como resultado del proceso de ahuyentar los fantasmas de mi
niñez, del análisis introspectivo al que me he sometido en un intento de
descifrar los motivos por los que mi madre no me dejaba ver la serie Verano
Azul, se me han revelado las claves ocultas de esta obra terrible y genial a
partes iguales, las muchas claves y
mensajes que oculta y que deberían hacernos pensar en su concepción como método
de control mental y adoctrinamiento de una generación a la que los Servicios
Secretos preparaban para que la transición se hiciera de forma ordenada y
utilizaron a Mercero, como la CIA utilizó a Kubrick para rodar el falso
aterrizaje a la luna.
Hoy quiero centrar esta entrada en la figura de Chanquete, aquel marinero jubilado que vivía sólo en un barco varado y tocaba el acordeón. Puede parecer romántico, entrañable, para todos los que visteis verano azul con el esponjoso y manipulable cerebro de niño, pero ahora que sois padres preguntaos: ¿A cuántos de vosotros les haría gracia que vuestro hijo/a se fuese a jugar a un barco abandonado con un viejo solitario?. Da grima, verdad?, no nos engañemos Chanquete era un homeless, un vagabundo solitario que es harto probable que oliera a vino.
La intención
primigenia de incluirlo en el reparto era que fuera un alegato contra la
antigua ley de vagos y maleantes franquista que entre su articulado recogía
citas como esta:
"A los homosexuales rufianes y proxenetas, a los mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos o lisiados, se les aplicarán para que las cumplan todas sucesivamente, las medidas siguientes..."
"A los homosexuales rufianes y proxenetas, a los mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos o lisiados, se les aplicarán para que las cumplan todas sucesivamente, las medidas siguientes..."
Pretendía posicionar
a aquel hombre sin hogar como un cúmulo de virtudes (amante de la música,
sensato consejero...), cómo una víctima de la sociedad capitalista, en un claro
guiño a la nueva realidad política del país y a las corrientes progresistas de
pensamientos que se iban instalando en la sociedad.
Pero Mercero sabía
que no estaba siendo honesto como cineasta, necesitaba rodar aquello ya que a
cambio le habían prometido financiación
para lo que entonces él pensaba que sería la obra de su vida: "Farmacia de
Guardia". Ante este dilema vital, es cuando el genio se muestra en su
verdadera magnitud, dejando avisos ocultos en su obra sobre la realidad
manipulada que le estaban forzando a vender y que él como creador entendía más
poliédrica, con más matices, con muchas sombras además de las luces que la
serie mostraba, luces con las que los niños de mi generación quedaban cegados e
indefensos como una liebre alumbrada por los faros de un coche.
Así, si analizamos
fotograma a fotograma las imágenes del interior de "La Dorada 1"
fundamentalmente en el capítulo en que Chanquete va a ser desahuciado, ocultos
entre las cuadernas del barco, aparecen en fracción de segundos cartones de Don
Simón vacíos. Ademas de esto Ferrandis siempre aparecía excesivamente
maquillado en las mejillas y nariz en un claro intento de lanzar un aviso a
navegantes.
Por otro lado, las
últimas investigaciones encargadas por la revista francesa "Cahiers du
Cinéma" afirman sin lugar a dudas que Verano azul ponía sobre la mesa el
tema de la pederastia, no sólo porque con Pancho se quería mostrar la figura del efebo clásico que vivía
amancebado con esta suerte de filósofo contemporáneo, de oráculo estival, sino
por el trasiego de niños que iban y venían al barco para estar con un viejo
extraño. En este sentido es curioso como siempre que Tito y Piraña iban a ver a Chanquete al
barco, justo en el plano posterior aparecían con un helado, ¿coincidencia? Con
el maestro Mercero no... Esto se hace manifiestamente patente, cuando en el
capítulo 23, Chanquete tiene que darle a Piraña un papel que le ha dejado Julia
para que se lo entregue al niño y que tiene que ver con la separación de sus
padres; Chanquete mira a Piraña y le dice: "Pasa dentro que te voy a dar lo tuyo..." Creo que no es preciso añadir más sobre este tema.
Tmbien es cierto que
Mercero, dando muestras de ese talento visionario, o de la información que
supuestamente manejaba, se anticipa muchos años a la crisis inmobiliaria, y al
actual drama de los desahucios y lo hace mostrando el intento de desalojo de su
barco varado a Chanquete, víctima de la presión especulativa. Con la escusa de un número musical, Mercero
coló al sistema una bomba de relojería, los niños de verano azul cantando una
versión de Joan Báez: "del barco de chanquete no nos moverán" estaban
sembrando en el subconsciente de aquellos niños el espíritu de los indignados.
El 15M se fraguó delante de un telefunken de lomos de madera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario