martes, 30 de noviembre de 2010

FURGOL. UNA MANITA PARA EL TACTO RECTAL DE MOURINHO

Sorprende ver a un Mourinho tan manso y sobrero como el que ayer respondía a las preguntas de los medios en la rueda de prensa posterior al clásico, quitando trascendencia al asunto, asumiendo con falsa naturalidad una cómoda digestión de una derrota que por abultada e inusual requiere un cubo de Almax.

La explicación de tanta calma es que Mourinho acaba de someterse a un tacto rectal, y aparenta quitarle trascendencia bajo el pretexto de ser una exploración con fines médicos, pero si mira dentro de si, si escarba un poquito, sabe que minutos antes le han metido un dedo por el culo, cinco para ser mas concretos, uno por cada uno de los goles que un soberbio por excelso FC Barcelona, endosó a un Madrid que trasladó al césped del Camp Nou la vulgaridad que apuntó semanas atrás en los aparcamientos de El Molinón.

El Madrid se presentó inoperante, sin coraje, entregado a esa danza ritual del tiki-taka de la que era un espectador de lujo, hasta 21 toques precedieron al 2-0. Se confrontaron cara a cara los dos conceptos de juego, el exquisito fútbol de gourmet contra el fútbol de músculo hipertrófico y triquiñuela, y se desveló la gran miseria de Mourinho, que podrá ganar la liga, la copa o la champions, pero ninguno de sus equipos pasará a la historia, no se recordará a su Chelsea, al Inter del triplete o a este Madrid hoy postergado pero firme candidato a ganar la liga.

Mourinho si pasará a la historia, como un advenedizo, como un tipo egocéntrico y soberbio que poco o nada ha aportado a un fútbol en el que por otra parte todo está inventado.

Que decir de Ronaldo, el eterno aspirante a lamer la suela del zapato que calza Messi, que en los partidos decisivos desaparece. Muy destacado, eso si, el empujón a Guardiola y sobresaliente el anuncio de relojes que protagonizó junto a Elsa Pataky, de este tipo que terminará dejando el fútbol para ser maniquí de bragas náuticas.

En resumen, el clásico puso a cada uno en su sitio, demostrando que los autómatas malencarados de Mou son lo que son, y están donde están, no obstante puede que incluso ganen la liga o la champions (Dios no quiera), pero el reto del BarÇa es otro, un reto que no está al alcance de los blancos, el FC Barcelona juega para alcanzar la eternidad.

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