miércoles, 4 de abril de 2012

CARTAS A LOS FILIPENSES. SIEG HEIL, FRAU MERKEL.


A medida que avanza el año 2012, los españoles nos vamos dando de bruces con la cruda realidad. Parece que el nuevo gobierno, que en su día nos aseguró que una vez se fuera ZP los mercados volverían a confiar en España y a fuerza de gestión eficaz emprendería el camino de salida de la crisis creando 3.500.000 de empleos en esta legislatura, empieza a repetir esa pleitesía a Alemania y los mercados, esos tics serviles que llevaron al abismo a los socialistas, impropios de un pais que en su día fue un imperio donde no se ponía el sol.

Alemania con la señora Merkel a la cabeza está consiguiendo algo que Hitler no pudo y es tener a Europa marchando al paso de la oca con el arma más eficaz de todas: la amenaza de los mercados (ese ente invisible) como blitkrieg contemporanea.

En esta coyuntura, con la soberanía en entredicho, nuestro sistema democrático toma tintes de sainete y puestos a aceptar políticas al dictado de nuestros "amigos del norte", a asistir a la vergonzante visión de presidentes del gobierno y ministros de economía yendo y viniendo de Bruselas a que les pongan deberes, prefiero que de una vez por todas nos convirtamos en protectorado alemán, regida por funcionarios teutones que nos aprieten las tuercas y nos chupen la sangre. Porque es mucho más digno estar sometido que el servilismo sinsentido.

Alemania nos impuso el mantra del control del déficit que hemos aceptado sin pensar, como la última tabla de salvación donde agarrarnos, algo que desde luego no comparten en EEUU. Esta mierda del déficit es uno de sus traumas, arrastrados de la otra vez que Alemania quiso ser dueña de Europa. El problema no está en deber dinero, sino en la gestión que se hace de él, en la diferencia entre pedir prestado para generar riqueza, actividad y empleo o para derrocharlo.

A la señora Merkel habría que recordarle y reprocharle, que gracias a que un día la República Federal alemana rompió todas las ideas políticas y económicamente correctas sobre el déficit y se endeudó en 1,3 billones de euros, la República Democrática Alemana, el país donde ella nació, se unió a la República Federal alemana y juntos formaron el estado más fuerte y más rico de Europa. ¿Fue un error entonces crear ese monstruoso déficit? Y si no lo fue ¿por qué es un error ahora? ¿No fue un error para Alemania, pero sí lo es para España?. Buff, creía que la idea de un “pueblo de señores” Herrenvolk, que deben gobernar a los “subhombres” estaba ya superada. ¿O no?.

Los mercados no son seres mitológicos, son bancos y agencias de calificación que nunca se tranquilizarán, da igual lo que hagamos, tienen en nuestro miedo su negocio. Seguirán presionando para crear, estúpida y egoístamente, islotes de una riqueza insultante en un mar de pobreza. Esta es la esencia del capitalismo.

Esta dinámica finalmente supondrá que el Estado del Bienestar se vaya al garete. Esto va a crear intranquilidad social. ¿Qué será lo próximo que exijan “los mercados”. ¿Que los camisas pardas salgan a la calle para apalear a los obreros revoltosos? ¿Exigirán la reinstauración de la Gestapo? Y, en caso que lo exijan ¿también habrá que obedecerlos?.

La locomotora alemana no tira ya con tanta fuerza como antes de la economía europea. Es cierto, y la explicación a esta catástrofe es bien fácil: no es sólo fabricar productos. Tiene que haber personas que compren dichos productos. Que contentos estaban los alemanes en los años de bonanza en España, cuando nuestros jóvenes dejaban los estudios para trabajar en la construcción y con su nómina de alicatador corrían a comprar un Bmw o un audi, cuando las viviendas que construíamos se equipaban con electriodomésticos Bosh o Siemens....benditos P.I.G.S.

Para comprar productos, se necesita dinero. Y bajando los salarios y recortando la pensiones no se pone el dinero en circulación, sino todo lo contrario. Cuantos más recortes se hagan, peor irá la economía. Digan “los mercados” lo que quieran.

Y cuando una industria inunda el mercado de productos que nadie puede comprar, por muy buenos que sean, sólo queda una solución, solución que también ensayó ya uno de los predecesores de Merkel: el espacio vital. Arrebatar a los subhombres el trigo de Ucrania y el petróleo de Bakú. Hacerlos trabajar para el pueblo de los señores y expandir el mercado de productos alemanes con estados satélites. No se si la señora Merkel tendrá suficientes divisiones Panzer para una segunda operación Barbarroja.

En base a lo comentado, prefiero una España gobernada por los Boches con un precepto en cada provincia que nos cobre el diezmo y nos ejecutecute eficazmente el derecho de pernada. Un gobierno exógeno que nos guíe con mano de hierro, para poder cagarte agusto en sus muertos sabiendo que no es un compatriota, y si alcanza el valor echarme al monte, porque la Señora Merkel no debe olvidarse que varias generaciones crecimos viendo cada tarde a Curro Jimenez.

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