viernes, 17 de febrero de 2012

FURGOL. UÑA DE ÉBANO SE RETIRA...MILIPUNTO PARA LOS MAYAS


Ahora cobran sentido las más terribles interpretaciones del calendario maya, la profecía se ha materializado, el año 2012 pasará a la historia como una fecha lúgubre y sombría, fin de una era. Hoy pasan a un segundo término la crisis y el paro, las madres consuelan a sus hijos descorazonados porque se va un ídolo, se va un prohombre del fútbol, una leyenda, un futbolista…

El fútbol moderno tiene una deuda con González… rescató una de las “suertes” primigenias del fútbol. En estos tiempos insustanciales, de fútbol sutil y amanerado, de efecto, mimo y empeine, él tuvo la osadía de rescatar el golpeo primero y atávico: el azote de puntera, el rudo y violento punterazo, el latigazo envenenado. “Uña de ébano” golpeaba el balón como el que patea una piedra o un perro, y es en esa osadía sin complejos, en esa búsqueda de la raíz, en ese descenso a los infiernos es donde se manifestaba en toda su grandeza. González se reía del fútbol-márketing para erigirse en una suerte de Prometeo contemporáneo, un héroe mítico que regalaba a la humanidad el fútbol-esencia, ese que no se juega con las adidas F-50 adizero, sino con borceguíes de piel de cabra vuelta o con el pie desnudo cuajado de callos.
Pero no solamente se ha ido un excelso futbolista, sino un extraordinario narrador, un cronista certero, que hizo de la autopromoción santo y seña, la prórroga de cada partido se jugaba en el botellón de esa noche. Buscaba la oportunidad para interrumpir cualquier conversación y lanzar uno de sus temidos anzuelos de autobombo, del tipo:
- “Lo que de verdad os ha gustado ha sido mi internada por la banda…” “Teneis que reconocer que te ha flipado mi último gol…”



Y entonces te atrapaba con su crónica, el futbol se hacía verbo, y a fuerza de repetir una y otra vez versiones un tanto distorsionadas de las jugadas, al cabo del tiempo realmente las recordabas como soberbias, magníficas; pero da igual porque son más que meras narraciones, son parábolas, son mantras… Yo recuerdo jugadas en las que Uña de ébano volaba, o el tiempo se ralentizó y todos jugábamos a cámara lenta, y él sorteaba a los rivales dejando una estela blanca tras de sí; una vez en un corner creo recordar que una paloma blanca se le posó en la cabeza en pleno remate, y otra vez dio un punterazo tan salvaje que al balón le salió una cara de Belmez. Y es que en esta tradición oral y etílica, Uña de ébano se postula como el Übermensch nietzschiano, el suprafutbolista, el elegido, el mesias…
Cuentan que canal plus Francia aprovechando la oportunidad ha hecho un sketch insinuando que Uña de ébano era un asiduo del dopping. Esto no es raro y se suma a la larga lista de deportistas españoles que han sido víctimas del complejo de inferioridad gabacho, lo que me extraña es que nadie haya saltado a desmentir tales acusaciones sobre Uña.

Y es que la fama de bohemio y fiestero perseguirá siempre a este futbolista; porque en esto también fue un pionero, y antes que Paul Gascoine, Ronaldinho, Adriano, Romario o Cassano, Uña de ébano fue un crack como cierrabares, cuentan que sus movimientos más ágiles y felinos los hacía para agacharse por hielo en la explanada de tabacalera, sus mejores driblings los hacía entre el tumulto de El Salvador y sus mejores faenas no fueron alumbradas por el Vapor de Sodio de los focos de los campos de juego, sino por otras luces con mayor variación cromática.



Sinceramente esta retirada a todos nos ha cogido con el paso cambiado, por inesperada y por injusta. Todos contábamos con que un Uña de ébano anciano, jugaría con nuestros hijos adolescentes en el colegio caracola haciendo esfuerzos equivalentes en controlar el balón y retener la orina. Y allí junto a la portería contraria gritaría, pidiendo el balón como una suerte de chamán del balompié, un patriarca, un jefe, un referente, que en cada jugada con su decrepitud senil les mostrase a los chavales, lo efímero de la vida y del triunfo (“sic transit gloria mundi”).
Esta tarde me han comentado que se han dado concentraciones espontaneas de futbolistas aficionados de todas las edades, padres con sus hijos, familias…, en las pistas del Claret, en el campo de la peguera, en el colegio caracola, en el charco de la pava, ciudadanos anónimos que han tenido la suerte de coincidir en la cancha con Uña de ébano, de verlo zigzagear en uno de sus interminables slaloms, o simplemente han escuchado alguna jugada en un botellón o acodados en la barra de algún antro. Se ha efectuado una suelta de palomas, Ecos del Rocío ha cantado “algo se muere en el alma cuando un amigo se va” y se ha retirado temporalmente de la venta la camiseta de Kaká en las tiendas de los chinos. Antonio Burgos ha leído un discurso solemne y se ha abierto una cuenta corriente para recaudar fondos para investigar la debilidad muscular, puta lacra de la era del sedentarismo, que se está llevando consigo a los mejores.Por último, quiero animaros a todos a que mantengáis vivo su recuerdo y agradezcamos a la divinidad que cada uno tenga a bien, haber compartido con Uña de ébano cancha y gloria (su gloria).

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